Expertas y expertos identifican acciones para reducir significativamente la violencia para 2030

Las y los líderes mundiales deben cambiar el enfoque del sistema de seguridad y justicia penal a la prevención del delito para reducir la violencia de manera significativa. De lo contrario, no cumplirán su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (16.1, 16.2 y 5.2) para 2030, a menos que inviertan ahora en programas probados, apliquen directrices intergubernamentales y multipliquen los éxitos, particularmente en las ciudades.

El Covid-19 nos ha demostrado la importancia de la prevención, la evidencia y nuestra capacidad para transformar nuestras políticas con rapidez. Lamentablemente, ha añadido un factor de urgencia cuando se trata de abordar las causas de la violencia contra las mujeres y la niñez. Las y los expertos mostrarán cómo al aplicar acciones asequibles y populares, desde ahora, se evitarán 100.000 homicidios cada año, protegerán a millones de mujeres de la violencia sexual y de pareja, y prevendrán que cientos de millones de jóvenes ejerzan y sean víctimas de violencia.

Las y los expertos son líderes internacionales en su campo con sede en África, Canadá, Europa, América Latina y Estados Unidos. Tienen experiencia en el gobierno, agencias intergubernamentales, ciudades y academia. Sus soluciones abordan las necesidades de las ciudades en regiones de alta y baja violencia. Comparten sus propuestas en un evento en línea en el Congreso de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD/UNODC) a las 14:00, 7 de marzo JST. Destacarán:

  • Programas de prevención científicamente probados identificados por la Organización Mundial de la Salud, en coincidencia con otros organismos internacionales, que han reducido las victimizaciones violentas en un 50%, sin duda un mejor resultado que las respuestas reactivas del sistema de seguridad y justicia penal. Dichos programas incluyen servicios que llegan a las juventudes en mayor situación de vulnerabilidad, planes de estudio para cambiar las actitudes hacia la violencia, apoyo para la crianza de las/los hijos, apoyo a los ingresos y reformas a las policías.
  • Directrices sobre cómo implementar la prevención de manera efectiva según lo acordado por el Consejo Económico y Social de la ONU, UNODC, ONU-Hábitat y representantes de los gobiernos latinoamericanos. Estos incluyen oficinas para la prevención de la violencia, formas multisectoriales de abordar las causas y medición de resultados.
  • Ciudades que han reducido la violencia en un 50% en tan solo unos años. Nuevas redes de ciudades y congresos nacionales comparten experiencias exitosas y comprobadas, capacitan talento humano, apoyan el monitoreo y obtienen compromiso político para lograr reducciones para 2030.
  • El retorno de la inversión del equivalente al 10% de lo que se gasta actualmente en el sistema reactivo de justicia penal. Invertir inteligentemente ahora no solo reducirá la violencia de manera significativa, sino que también logrará otros ODS y, particularmente en zonas de alta violencia, promoverá las economías, aumentará el PIB, evitará que las personas huyan de la violencia y busquen refugio, y fomente el estado de derecho.

Las conclusiones de los panelistas incluyen:

  1. Las organizaciones intergubernamentales deben apoyar la capacitación y las herramientas de monitoreo de seguridad, fomentar intercambios para compartir éxitos y requerir inversiones en prevención de violencia para el desarrollo socioeconómico;
  2. Los gobiernos deben establecer una oficina permanente de prevención de la violencia para:
  3. Promover formas de abordar las causas a largo plazo de la violencia, como la desigualdad, la falta de educación, la disponibilidad de armas y el abuso de drogas, entre otros;
  4. Abordar los factores de riesgo de violencia, utilizando estrategias comprobadas que sean rentables y obtengan resultados rápidamente, especialmente en las ciudades;
  5. Sensibilizar al público y apoyar la capacitación de los tomadores de decisiones y los profesionales sobre estrategias efectivas.
  6. Las ciudades deben pasar al uso de una prevención basada en evidencia, siguiendo las pautas de implementación, para abordar las causas y los factores de riesgo a nivel local, pero con el apoyo financiero y técnico adecuado y sostenido de otros órdenes de gobierno para que esto suceda.

Información adicional, incluidos contactos con panelistas, está disponible en iwaller@uottawa.ca

 

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